martes, 27 de septiembre de 2016

Los Viajes de Montenegro: Marrakech: La ciudad de las Mil y una Noches.........

Los Viajes de Montenegro: Marrakech: La ciudad de las Mil y una Noches.........: Viajar a Marrakech es una experiencia inolvidable. Realmente usted se transportará a la época de Jesucristo entre sus callejuelas y se senti...

Marrakech: La ciudad de las Mil y una Noches.......

Viajar a Marrakech es una experiencia inolvidable. Realmente usted se transportará a la época de Jesucristo entre sus callejuelas y se sentirá como en un cuento de Las Mil y Una noches, cuando camine por el mercado de ma Medina o ciudad antigua. Es que Marrakech es una ciudad con una estructura medieval, rodeada por unas murallas que le sorprenderán por lo bien conservadas que están. Esta capital berebere es llamada la ciudad rosada, debido al color de sus murallas y palacios contruidos con tierra del desierto. Fue fundada en el año 1062 a las puertas de las montañas de Atlas y en la entrada del desierto del Sahara, por unos guerreros de Mauritania. Wiston Churchill la escogió como su ciudad preferida, pero el General De Gaulle también la visitaba a menudo, así como Franklin D. Roosvelt, Charlie Chaplin y más recientemente Elton Jhon, Tom Cruise, Nicole Kidman, Silvester Stallone, los Reagan y Carolina de Mónaco.
Todo aquel que viaja a Marrakech vuelve, porque es sencillamente espectacular. Además es fascinante por sus atardeceres, por lo interesante de su gente, y por el misterio que parece envolver cada rincón de la ciudad.
Lo primero que hay que hacer al llegar a Marrakech es ir a la plaza Djemaa-El-Fna, el centro de la ciudad amurallada. Allí está la verdadera diferencia de Marrakech con todas las demás ciudades árabes; esta plaza es única en el mundo. Al caminar por ella encontrará encantadores de serpientes que parecen salidos de los cuentos más exóticos, cantantes típicos con sus tambores, vendedores de agua, dentistas saca-muelas, contadores de fábulas, y muchos bereberes vestidos de azul trayendo sus mercancías desde el desierto a la ciudad. Usted puede pasar todo el día en esta plaza porque es interesantísima; se sentirá dentro de un mundo desconocido y lejano. Por las noches la plaza se convierte en una feria de comida enorme, con los mejores platos de cordero que se pueden encontrar en Marrakech. Yo evité comer en estos ventorrillos muy a mi pesar, porque no me había tomado las vibramicinas diarias recomendadas por mi padre para mantener a raya las bacterias, que seguramente provenían del desierto de Sahara.
Luego de pasar horas transportado al mundo irreal en la plaza Djemaa El-Fna, visite la gran mezquita Koutoubia, con su minarete de 77 metros de altura y construida en el año 1.147. Como se encuentra al lado de las murallas, el lugar es sensacional.
Al caer la tarde, después de dormir una inevitable siesta, vaya a los jardines Majorelle, diseñados en 1920 por el artista francés Jacques Majorelle. Este es un oasis con caminos sombreados por palmeras y buganvillas, rodeado de espejos de agua con peces de colores y casas de un azul muy intenso. A Yves Saint Laurent le gustaron tanto estos jardines, que hizo construir allí su casa, y un museo de arte árabe al lado.
Después de este remanso de paz vaya a la Medina o ciudad antigua, donde se encuentra el bazar o mercado árabe en un laberinto de callecitas intrincadísimas, muchas de ellas techadas para evitar el exceso de sol. En esa Medina se apretujan cientos de comercios que venden de todo; marroquinería, telas, especias, dátiles, alfombras, té de menta, cajitas de metal y huesos de camello, ropa, miles de artículos de cuero y rarezas que fascinarán a su pareja. Yo me compré un shilaba, bata típica árabe muy fresca, además de unas babushas, zapatos muy cómodos usados por los bereberes en sus carpas del desierto. El lugar del mercado que más me sorprendió, fue aquel donde se hacían los intercambios de joyas y metales preciosos entre los nativos. Decenas de mujeres bereberes vestidas con sus bellísimas shilabas que le dejaban al descubierto sólo sus ojos, ofrecían en una algarabía incomprensible de sonidos objetos de oro y joyas a las otras mujeres, sin que existiera el dinero de por medio, sólo trueque. Los turistas nos manteníamos a distancia, lamentando no poder participar en esa alegría comercial debido a la barrera del idioma.
Marrakech es una ciudad realmente espectacular, por favor no deje de visitarla aunque sea una vez en su vida. Le encantará.
COMO LLEGAR: No hay vuelos directos entre Caracas y Marrakech, así que debe llegar primero a Europa; Lisboa, Madrid o Paris por TAP, Iberia o Air France, y desde allí tomar un vuelo de la línea aérea Royal Air Maroc, www.royalairmaroc.com, directo a Marrakech. Esa línea bandera del reino de Marruecos es excelente, y el servicio a bordo me recordó al de la extinta Viasa. Pregúntele a su agencia de viajes afiliada a AVAVIT, para que le busque los mejores precios en los pasajes.
DONDE ALOJARSE: El mejor hotel de Marrakech es La Mamounia, cuartel general de Churchill durante sus largas estadías en esa bella ciudad. Construido en 1.923, este palacio está rodeado por las murallas de la ciudad, y sus jardines tienen más de 900 años, lo cual otorga un toque fantástico. Hotel La Mamounia, Avenida Bab Jdid, Marrakech, Marruecos. Teléfono:(212)44.38.86.00 www.mamounia.com Si lo que desea es mucha tranquilidad, entonces alójese en una de las bellísimas “Riads”, equivalentes a nuestras posadas, que se encuentran en los alrededores de la Medina y el mercado. Le recomiendo el Riad Agdim, una construcción bellísima, ubicada a pasos de la plaza Djemaa El-Fna. Habitaciones muy buenas a partir de US$ 62 diarios. www.riad-agdim-marrakech.hotel-ds.com/
DONDE COMER: El restaurante que más me gustó de Marrakech fue el Comptoir Darna Marrakech, ubicado en la Medina. La cocina es típica tradicional, el show de baile subyugante, y la decoración espectacular. Un patio con vegetación exuberante será el marco para degustar el mejor couscous de sémola de trigo con siete verduras y carne de cordero. Pida de entrada el Briouat de pollo espolvoreado en hojaldre y de postre la torta de leche aromatizada con flor de naranjo, no se arrepentirá. www.comptoirmarrakech.com
NO OLVIDE: Visitar la escuela del Corán “Ben Youssef”, que es una casa espectacular del siglo XIV y tiene un patio interior lleno de arcadas labradas en una mezcla árabe-andaluz, que yo considero el patio más bello de Marrakech.
Pasear por los Jardines de Menara al atardecer, que son bellísimos. Éste era el lugar de encuentros amorosos del sultan. Tiene un estanque impresionante de 150 metros de largo por 250 metros de ancho, en medio de una vegetación sensacional. www.jardin-menara.com.
Conocer el palacio de La Bahia, que fue construido en el año1859 con la intención de ser el palacio más grande y lujoso de todos los tiempos, por Si Moussa, ministro del rey de Marruecos, en honor de una de sus esposas. Es una obra de arte de la arquitectura marroquí. www.palais-bahia.com Chez Alí es una especie de parque temático marroquí, que ofrece carreras de caballos, bailarinas, shows típicos y luces, en un lugar enorme al aire libre, donde cenan 400 personas a la vez. Si van con niños, no dejen de traerlos aquí. chez-ali-marrakech.blogspot.com
alvaromont@gmail.com @alvaromont

martes, 20 de septiembre de 2016

Páramo merideño....Ternura entre la neblina y el frío......

Al subir al páramo merideño uno comienza a respirar ese aire puro y frío que alimenta las ilusiones más bellas, y que convierte a estos parajes en el lugar perfecto para ser feliz con la familia o en pareja.
La sinuosa carretera hacia la sierra de Santo Domingo ofrece unas vistas hermosas. Hay que detenerse unos minutos en la represa para observar las aguas tranquilas y el valle sereno esperando a los viajeros. En esta carretera debe manejar con cuidado y muy despacio, para disfrutar los paisajes y para que sus pasajeros no se mareen.
Al pasar el pueblo de Santo Domingo uno observa sobre la carretera el viejo hotel Moruco, que fue construido en la época de Pérez Jiménez. Después está el hotel Trucha Azul, que parece un pueblito merideño por su construcción armoniosa de tejas y paredes blancas. A un lado de la carretera se encuentra la entrada al hotel Los Frailes, un edificio que parece abandonado y recuerda a un convento donde vivieron algunos monjes peregrinos imaginarios.
Después de luchar un buen rato con las telarañas de la neblina que invade estas montañas, se llega a la espectacular laguna de Mucubají, que es la más célebre del páramo. Deténgase aquí un rato que vale la pena mil veces observar la tranquila masa de agua oscura. La leyenda cuenta que si uno grita en las orillas del agua, un duende le jalará los pies y le llevará hasta el fondo de la laguna. Al retomar el camino encontrará el pueblo de Apartaderos, donde se puede escuchar a un niño contar, con el acento adorable de los Andes, la triste historia de la loca Luz Caraballo. Un poco más adelante está la que yo considero mejor tienda de artesanías en Mérida: La Casa del Páramo. Pura artesanía autóctona andina. Cómprele aquí algo a su pareja; lo que ella quiera. Saldrá feliz de su aventura y le querrá aún más. En todo el frente, pruebe los pastelitos de trucha en “La Gochita”.
Uno pude bajar hacia San Rafael de Mucuchíes, y detenerse en la iglesia de piedra construida por Juan Félix Sánchez, que espera irresistible a toda alma sensible que pase por el páramo. Pero también puede subir hacia el pico del Águila, el lugar más alto de cualquier carretera en Venezuela con 4.100 metros sobre el nivel del mar. Tómese un chocolate caliente en el refugio que allí encontrará.
En esa vía se encuentra el desvío hacia el observatorio astronómico “Llano de Hato” y hacia el parque “Mistafí”, lugar de crianza del cóndor de los andes.
Definitivamente el páramo merideño es un lugar ideal para alegrar los sentidos y el alma, porque allí usted disfrutará de lo mejor de los parajes montañosos de Venezuela, de un clima perfecto para el afecto y la ternura, y de unos pobladores siempre respetuosos y agradables. COMO LLEGAR: La carretera hacia el páramo comienza en Barinitas, en pleno piedemonte andino. Al llegar al estado Mérida encuentra la represa y el pueblo de Santo Domingo, luego Apartaderos donde puede tomar a la derecha hacia el pico El Águila, o a la izquierda hacia Mucuchíes.
DONDE ALOJARSE: Una de las mejores opciones de alojamiento en los páramos merideños es la Estancia La Cañada. La posada se compone de varias construcciones en piedra y madera, con techos de tejas, rodeadas de extensos prados con grama muy verde, que limitan con una quebrada por donde corre un riachuelo de agua helada. Desde la puerta de la casa principal, se pueden ver a lo lejos las cumbres nevadas de los Andes, en cualquier mañana clara. Hacia arriba del valle, detrás de la casa principal, se encuentran las habitaciones y unas cabañas preciosas, que resultan ideales para pasar unos días felices. Carretera trasandina, entre Mucuchíes y Escaguey, a 35 minutos de la ciudad de Mérida. Teléfono para reservas: (0212) 963.79.51, Facebook: Escaguey Estancia La Cañada. DONDE COMER: En la posada comerá rico, es muy recomendable. Los fines de semana abren el restaurante de La Casa del Páramo donde preparan una pizca andina sensacional, y se come la trucha más fresca que uno pueda imaginar.
DONDE COMPRAR: En la Casa del Páramo (0416) 874.94.17 conseguirá una muestra extensa de artesanía merideña: Figuras talladas en madera hechas en Tabay, cerámicas de Los Guáimaros, objetos diversos y hasta libros con leyendas locales.
NO OLVIDE: Manejar muy despacio por esas carreteras, y preferiblemente de día porque de noche hay mucha neblina. Subir al monumento a la Loca Luz Caraballo, y dejarse contar su triste historia por un niño adorable con cachetes rosados. Llevarse un buen libro como la biografía de María Antonieta, escrita por Stephan Zweig, para reflexionar durante esas tardes tranquilas del páramo.
alvaromont@gmail.com

martes, 13 de septiembre de 2016

Nueva York en otoño.......

Nueva York es como una Torre de Babel moderna; el lugar donde confluyen todas las razas e idiomas del planeta, donde usted disfrutará del mejor ballet ruso y las mejores obras de teatro musicales en Broadway. Aquí no encontrará ningún taxista nacido en la ciudad, visitará museos extraordinarios, y pasará de un barrio chino a uno italiano, con sólo cruzar la calle. Al venir a Nueva York ahora en otoño, que es temporada baja antes de diciembre, hay actividades que son indispensables y se las debo recomendar, porque valen el viaje. Lo primero es visitar la Estatua de la Libertad, que fue un regalo de Francia a la ciudad en 1.886 y mide 93 metros de alto. Es el símbolo de Nueva York y de los Estados Unidos. El ferry para llegar a la estatua sale cada 30 minutos desde Battery Park.
Ya que está por esa zona del sur de Manhattan, camine por Wall Street y visite el edificio de la Bolsa de Nueva York, que sigue siendo la más influyente del mundo. En el edificio del “Federal Hall”, muy cerca de la bolsa, George Washington tomó juramento como primer presidente de los Estados Unidos.
Si camina un poquito más visite la “Zona Cero”, donde estaban las torres gemelas y ahora se yergue el “One World Trade Center” o Liberty Tower. En el lugar exacto donde estaban las torres caídas, hay dos monumentos que descienden en unas cascadas impresionantes, con los nombres de las víctimas del atentado. El nuevo edificio diseñado por los arquitectos Libeskind y Childs, es realmente precioso y tiene un observatorio en el piso 100, desde obtendrá la mejor vista de la ciudad. Los tickets cuestan US$ 32 para adultos y US$ 26 para niños, y se compran en la página www.oneworldobservatory.com.
Luego diríjase hacia los muelles de South Street, desde donde obtendrá una preciosa vista del puente de Brooklyn, que fue el primer puente colgante de acero construido en el mundo, allá en el año 1.883. Muy cerca encontrará a Chinatown y Little Italy tan animadas, que la mitad de sus pobladores no saben hablar inglés. Greenwich Village y Soho, barrios vecinos, son los lugares de mayor vida literaria y bohemia de Nueva York.
Anote en su lista también visitar el Empire State, la Catedral de San Patricio, aunque está en renovación con muchos andamios, Rockefeller Center, Times Square, con las mejores vallas publicitarias iluminadas del mundo, también el Museo de Arte Moderno (MOMA), que es gratis todos los viernes a partir de las 4:00pm hasta el cierre a las 8:00pm. Actualmente presentan una exhibición de Tony Oursler llamada imponderable, que dura hasta el 8 de enero de 2017. Y hasta el 12 de febrero de 2017 está la muestra de Teiji Furuhashi llamada Amantes, que vale la pena mil veces.
Vaya al Museo Metropolitano de Arte (MET), cuya tarifa es una contribución voluntaria, al Museo Guggenheim, diseñando por el famoso arquitecto Frank Lloyd Wright y al salir, regálese una caminadita otoñal por el Central Park.
Una de las mejores actividades de Nueva York es la vida nocturna; aquí el teatro es demasiado bueno, así que debe tomar por lo menos una noche para ir a su obra favorita. Le recomiendo ir a ver Hamilton, que ganó 11 premios Tony este año, incluyendo el mejor musical. Está inspirada en la vida del prócer de la independencia norteamericana Alexander Hamilton, y la presentan en el Richard Rodgers Theatre, en el 226 west de la calle 46, teléfono (212) 221.12.11, www.richardrodgerstheatre.com. Ni hablar de las compras. En Nueva York encontrará libros y música hasta enloquecer, aparatos electrónicos y de informática para no terminar. Si hablamos de moda, puede escoger desde las grandes tiendas como Barney’s, Bergdorf Goodman, Bloomingdale’s, Macy’s, Saks y Henri Bendel, pasando por las casas de alta costura de Helmut Lang, Luca Luca, Prada, Marc Jacobs, hasta las famosas joyerías Tiffany, Harry Winston, y Cartier. Nueva York respira mundo, lo hace sentir feliz a uno, nos inyecta vida. Es que sin duda alguna, ésta es una de las ciudades más movidas de la tierra, por eso hay que visitarla cada vez que esta vida tan bella nos dé una oportunidad.
COMO LLEGAR: American Airlines, teléfono: (0212) 209.81.11, www.aa.com, ofrece vuelos vía Miami, hasta Nueva York. Delta Airlines, teléfono: (0212) 958.10.00, www.delta.com, vuela a Nueva York vía Atlanta, con un servicio muy correcto. Es preferible que solicite llegar al aeropuerto de La Guardia, más cercano a Manhattan que el aeropuerto Kennedy.
DONDE ALOJARSE: Hay tantos hoteles buenos en Nueva York, que es muy difícil decidirse. Hoy le voy a recomendar el hotel Empire, teléfono: (212) 265.74.00, www.empirehotelnyc.com. Queda enfrente a Lincoln Center, y es un clásico de la buena hotelería, preferido por los famosos que desean un poco de tranquilidad. En la azotea tiene un lounge frecuentado por la Kardashians, con una vista ideal para pasar las noches interminables de Nueva York. Si lo suyo es buena ubicación y no le molesta el alboroto, entonces el hotel Row NYC cerca de Times Square le convendrá. Estará alojado en plena acción y cerca de todo, las habitaciones son amplias y el servicio bueno. La dirección es 700 8th Avenue, Teléfono: 888-352.36.50, www.rownyc.com.
DONDE COMER: Si le gustan las hamburguesas gourmet, le recomiendo Ooh La La Burger en Union Fare, muy cerca del Flatiron Building. Aquí las venden con cebollas caramelizadas y queso gruyere. La dirección es #5 East 17th Street y el teléfono: (212) 633.60.03. Según la prestigiosa guía Zagat, éstas son de las mejores hamburguesas en la ciudad. También le recomiendo con los ojos cerrados el Gramercy Tavern, teléfono: (212) 477.07.77, www.gramercytavern.com, donde cuesta conseguir mesa, pero vale la pena mil veces. Pida el smoked trout, que es una trucha ahumada deliciosa. Para una comida rápida de calidad debe ir al sótano del famoso hotel Plaza en la quinta avenida. Allí tienen un “Food Hall” sensacional, con variadas opciones como sushi, crepes, chocolates, yogurts y pastelería. Teléfono: (212) 299.39.00, www.theplazany.com.
NO OLVIDE: Ir al parque de atracciones de Coney Island, para que sienta otra vez las horas bien aprovechadas y bellas como las de la infancia. Tome un bote en el Chelsea Pier y pasee por el río Hudson. Visite los “Strawberry Fields” en Central Park, que son los jardines que Yoko Ono dedicó a la memoria de John Lennon.
alvaromont@gmail.com

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Ciudad Bolívar: Magia en el Orinoco

Ciudad Bolívar es una ciudad misteriosa y fascinante, porque vigila de una manera imperturbable al soberbio Orinoco en una de sus partes más angostas, y porque además recoge los sueños perdidos y lejanos de muchas generaciones de guerreros y aventureros, que poblaron en tiempos remotos estas insólitas riberas.
Usted debe ir a Ciudad Bolívar porque seguramente quedará fascinado con el casco histórico, y con la arquitectura colonial de sus viejas construcciones. La Casa del Congreso de Angostura le hará imaginarse los tiempos de la independencia, la hermosa Catedral está ubicada en un sitio imponente, el muro donde fusilaron a Piar le conmoverá, el puente de la calle Igualdad le trasladará a mundos nostálgicos, los atardeceres con el río Orinoco al fondo son espectaculares, el Paseo del Orinoco con sus casonas balconadas y celosías de madera, le recordarán a las películas con esos fantasmas amables de la niñez, que esperan las tinieblas de la noche para contar sus interesantes historias al borde del río.
El casco histórico. Además de histórica y sublime, Ciudad Bolívar le parecerá deliciosamente romántica. Alójese en la posada Casa Grande, realmente impresionante y muy bien ubicada en pleno casco histórico. Al llegar le arropará el invencible deseo de caminar por los alrededores, y escuchar las historias que cuentan las viejas paredes de las casonas coloniales. Aún antes de desempacar, seguramente querrá entrar en la Casa del Congreso de Angostura. Allí el 15 de Febrero de 1819 se reunió el primer congreso de Colombia, y Bolívar decretó en su famoso discurso la creación de la Gran Colombia. La vieja casona está muy bien mantenida, y merece dedicarle un buen tiempo para recorrer sus hermosos pero ignorados salones.
Después de la visita obligada a la Catedral, para agradecer a Dios por tanta dicha, recorra la bella Casa Prisión de Piar a un costado de la plaza, la Casa de Antonio Lauro, no muy lejos, y el Centro de las Artes, que originalmente fue concebido como un cuartel y luego fue una prefectura, para llegar a un mucho mejor destino en la actualidad.
Le sorprenderá observar a una cantidad de jóvenes llevando instrumentos musicales en sus hombros, mientras caminan despreocupados por el casco histórico. Van o vienen de recibir clases de música en alguna de las aulas cercanas. Al verlos circular usted se convencerá de que sin hacer el menor alarde, Ciudad Bolívar se ha convertido en una gran ciudad musical.
Paseando al borde del río Orinoco. Luego de un inevitable descanso en su posada y de hojear unas páginas de un buen libro de aventuras como Los Tres Mosqueteros, de Alejandro Dumas, baje caminando un par de cuadras hacia el río Orinoco. El Paseo Orinoco tiene un carácter único en Venezuela, firme y delicioso a la vez. Parece el altar de un culto misterioso al soberbio río, que lo ha mojado con sus leyendas a través de los siglos. Aquí ya no se ve la arquitectura colonial española del casco histórico, más bien una mezcla divina de construcciones franco-caribeñas con edificios de dos pisos cuyo balcón superior, aparece como escondido tras celosías de madera. Así se convierte la avenida en un corredor sombreado, ideal para caminar por las aceras con una vista preciosa hacia extraordinario río. Acercarse al borde y observar con detenimiento la arena del río y las escalinatas de Puerto Blohm, donde se toman los bongos para cruzar a la población de Soledad, le alejarán de la vida real para empujarle a un torbellino de sensaciones y pensamientos desconocidos.
En Semana Santa hacen allí una representación de la pasión de Cristo con tres grandes cruces encajadas en la arena. Pero un día cualquiera usted podrá ver a un hombre bajando apurado por las escalinatas hacia el río, para tomar un bongo con su herramienta de arreglar zapatos y una serpiente enrollada en su brazo. También observará niños vestidos de domingo, listos para visitar a quien sabe cual pariente, y además una algarabía de gente comprando pescado y tomando bongos para cruzar el río, con ese invencible fastidio con el cual la cotidianidad recubre a las cosas más interesantes, después de que se tornan en rutinas.
Noches tranquilas y románticas. Agotado por la dicha y los descubrimientos del día, regrese a su posada caminando para tomar una ducha reparadora. Descanse un poco y cuando el ánimo le permita, vaya a cenar a un buen restaurante. Pida un churrasco de Lau-Lau que seguramente será sensacional. Venga a Ciudad Bolívar con su pareja apenas pueda, y disfrute usted también de los misterios del río Orinoco, como si estuviera retrocediendo en el tiempo a lugares desconocidos. Estoy seguro que le encantará este viaje y lo recordará siempre.
Ciudad Bolívar queda a 600 kilómetros de Caracas, 296 kilómetros de Barcelona y 130 kilómetros de El Tigre, así que le recomiendo salir bien temprano de casa y disfrutar de la carretera. El cruce por el puente sobre el Orinoco es espectacular, no se lo pierda por nada. Para alojarse la posada Casa Grande es súper-romántica y está muy bien ubicada en el casco histórico de la ciudad, por lo que podrá recorrer todo caminando. Se la recomiendo ampliamente. Posada Casa grande Calle Boyacá #08, Casco Histórico, Ciudad Bolívar, estado Bolívar. Teléfono: (0285) 632.46.39/ (0212) 977.01.10 www.cacaotravel-venezuela.com
Otra buena opción es el hotel La Cumbre, que posee el bar con los mejores atardeceres de la ciudad. Piscina, restaurantes y cómodas habitaciones harán de tu estadía una delicia. Hotel La Cumbre Av. 5 de Julio, Ciudad Bolívar, estado Bolívar Teléfono: (0285) 632.77.09/(0414) 385.13.30 Para comer el café-restaurante Tony es encantador, por el ambiente alegre, el servicio rápido y la calidad de la comida. Las mejores pizzas al horno de leña de la ciudad y el Lau-Lau, que es el pescado típico de la zona, mejor preparado que me he comido, lo conseguí aquí. Restaurante Tony Avenida Táchira, edificio Emilio, Ciudad Bolívar, estado Bolívar Teléfono: (0285) 632.26.76 En el Paseo Orinoco se encuentran cantidad de tiendas y cuchitriles. Al final hay un mercado de buhoneros “La Carioca” que no es impresionante, pero si es limpio y ordenado. Enfrente se encuentra el interesante y bien logrado mercado “La Sapoara”, bañado por el Orinoco y en donde encontrará comida típica, pescado de río artesanía y otros enseres que los lugareños compran con ahínco.
No olvide visitar el Museo de Arte Moderno Jesús Soto que es realmente extraordinario. Esta obra cuyo proyecto fue donado por Carlos Raúl Villanueva, recoge en siete espectaculares salas obras del maestro Soto, en una perfecta comunión con piezas de Fernand Léger, Sonia Delanuay, Cruz Diez, Man Ray, Vasarely y otros genios de las artes contemporáneas. Vale la pena mil veces venir a este museo.
Museo de Arte Moderno Jesús Soto Avenida Germania, Ciudad Bolívar, estado Bolívar Teléfono: (0285)632.05.18, No olvide tampoco caminar por los jardines de la Casa San Isidro, hacienda donde el Libertador redactó su discurso ante el Congreso de Angostura. Recorrer el Fortín del Zamuro, con historias increíbles y vista privilegiada sobre el casco histórico. Llevarse el delicioso libro de Alejandro Dumas, Los Tres Mosqueteros, para despertar todo los sentimientos de aventuras caballerescas que guarda su alma. alvaromont@gmail.com.