Lo común es pensar en el estado Lara como una región caliente, próspera y musical, repleta de artesanía y cultivos extensos, chivos y zonas áridas. Pero en Lara también hay unos preciosos rincones montañosos, en los cuales un frío alegre recuerda a los paisajes andinos. Uno de esos tesoros escondidos se llama Sanare, un pueblo hermoso situado a 62 kilómetros de Barquisimeto.
Como Sanare está enclavado en una serranía montañosa, puerta de entrada al Parque Nacional Yacambú, la agricultura de hortalizas, papas, café, lechosa y ocumo ha marcado la actividad económica de la zona desde hace siglos. El pueblo es muy tranquilo, sus calles estrechas y sus casas techadas con tejas. Se encuentra a casi 1.400 metros sobre el nivel del mar y la temperatura promedio es de 18 grados, lo cual hace que sea muy agradable recorrerlo a pie.Lo primero que hicimos fue visitar la Plaza Bolívar, sombreada, elegante y animada, para seguir a la Iglesia de Santa Ana, ubicada a un lado de la plaza. La iglesia es bella por fuera y por dentro. Allí está el retablo de la patrona del pueblo, Santa Ana, cuyos orígenes son ancestrales. También hay unos cuadros coloniales hermosos, y además una reliquia de la Virgen de Coromoto.
Luego fuimos al Parque Nacional Yacambú, que es un remanso de serenidad y naturaleza virgen. La entrada al parque está a solo minutos del pueblo de Sanare. Allí nos detuvimos un rato cerca del páramo de Angostura, fascinante paso de aves migratorias. Después seguimos hacia un lugar dentro del parque llamado El Blaquillo, donde hay una laguna repleta de aves, lugares para hacer parrillas, balnearios, quebradas y hasta una especie de campamento de hospedaje, que se utiliza por temporadas.
Si uno continúa por esa vía llega hasta el sitio de la represa de Yacambú, que representa un aprovechamiento de los recursos hídricos de la zona, para mejorar la calidad de vida de las ciudades larenses.
Manuel Saavedra, actuando de guía excepcional, nos llevó luego a la “Hundición de Yay”, que se encuentra saliendo del pueblo de Sanare en sentido contrario. Esta “hundición” es un terreno desértico interesantísimo, más bajo que el resto del paisaje. Al terminar compramos unas piezas de artesanía en el pueblo de Yay.
Anímate y visita Sanare, que te sentirás más feliz por vivir en este pedacito de tierra tan bello, que llamamos Venezuela.
COMO LLEGAR:
Tomas la vía Barquisimeto – El Tocuyo y al pasar Quíbor, en la estación de servicio El Trébol, te desvías hacia la izquierda, buscando las montañas. Sigue los letreros porque hay buena señalización.
DONDE ALOJARTE:
La posada El Encanto es sensacional, y pertenece al Circuito de la Excelencia, junto con algunas de las mejores posadas de Venezuela. La atención personalizada de su propietario, Manuel Saavedra, es un lujo que bien vale el viaje. Además, la colina donde está situada te ofrece una vista sensacional sobre los valles. Teléfono: (0414)353.65.85, www.posadaelencanto.com.
DONDE COMER:
En las afueras de Sanare hay un restaurante donde se come comida criolla mejor que en cualquier lado. Se llama El Encanto y queda en la carretera hacia El Tocuyo. Es de los mismos propietarios de la posada, pero queda en plena carretera antes de llegar. Tiene una vista espectacular y sirven los mejores plátanos maduros horneados que te puedes imaginar.
NO OLVIDES:
Comprar artesanía de loza en el pueblo de Yay, en donde hay una iglesia bellísima. Asiste a la fiesta de los “Zaragozas de Sanare”, que se celebran los 28 de diciembre para agradecer a los Santos Inocentes los favores concedidos. Llévate un buen libro, para que disfrutes los momentos de tranquilidad y serenidad que sobran en Sanare.
Los Viajes de Montenegro se transmiten de lunes a viernes a las 11:00am por la 100.7fm, la radio del Ateneo de Caracas. www.ateneofm.com.
